11 de Sishira, año 198

Algún día me vengaré! ¡Lo juro! ¡Juro que me las pagará y que se tragará la más de media hora que se tiró riéndose de mí! ¡Maldita sea!

Anoche, tal y como Zippo me advirtió, una espesa niebla nos envolvió por completo, de modo que apenas podíamos ver a dos palmos de nuestras narices. Aëstin y yo decidimos montar guardia para prevenir cualquier choque, y como le vi un poco cansado, decidí hacer yo la primera guardia.

La noche era calmada, aunque eso sí, muy oscura. La maldita niebla no dejaba penetrar ni un ápice de luz de las estrellas, pero con mi buen candil no tuve demasiados problemas de visión, y me acomodé en la proa del barco. Todo transcurría en calma, y entre la oscuridad, el suave susurro de las olas rompiendo contra el casco del navío y lo tarde que era, me fui quedando dormido poco a poco. Pero no llegué a dormirme del todo, pues una peculiar risa llegó hasta mis oídos. Sobresaltado, me levanté y empecé a mirar por todas partes, pero no se veía absolutamente nada. “Ha sido tu imaginación, Eglomer. Sólo eso”, me dije. Pero por segunda vez escuché aquella risotada, esta vez más clara, y se me pusieron de punta todos los pelos del cuerpo. Aquello no podía estar pasándome…

Después de escuchar tres o cuatro veces aquella risa, empecé a vislumbrar un tenue resplandor justo en frente nuestro, y éste se fue acercando lentamente a nosotros. ¿O éramos nosotros quienes nos acercábamos a él? Da igual. El caso es que cuando ya estábamos muy cerca, empecé a escuchar de nuevo a aquella voz diciendo “Eglomer… he venido a por ti… Eglomer… he venido a por ti…”. Sinceramente, me asusté muchísimo. Pero aún así, desenfundé a Ybuflow y, temblando, esperé impaciente a estar lo suficientemente cerca como para poder ver qué o quién estaba en aquella luz. Apenas un poco más y lo descubriría, o eso pensaba yo hasta que la luz se apagó súbitamente.

Jamás me había sentido tan tenso como esa vez, con el cuerpo completamente en tensión, atento a cada pequeño sonido. Pasaron unos minutos, y cuando ya estaba empezando a relajarme, oí un pequeño golpe en la parte derecha del casco del barco. Muy muy lentamente me fui acercando a la borda y cuando empecé a asomar la cabeza, algo se lanzó encima de mí muy rápidamente mientras decía:
― ¡Ha llegado tu hora, Eglomer!
― ¡No! ¡Por favor! ¡No me mates! -, supliqué aterrado.
― ¡Ya es demasiado tarde! ¡Muajajajajajaja!.

Cuando conseguí darme cuenta, estaba yo solo tumbado en la cubierta del barco luchando contra una sábana negra en la cual me había enredado, y mi atacante estaba en el suelo partiéndose de risa a más no poder. Mis ojos apenas daban crédito a lo que veían.
― ¿E… Escarlata? -, pregunté tímidamente.
― ¡Pues claro, idiota! ¿Quién quieres que sea? Jajajaja. ¿Y esa cara? Cualquiera diría que has visto un fantasma… ¡Es verdad! ¡Para ti yo soy uno! Jajajajajaja.

¡Era Escarlata! ¡Y estaba viva! Una gran alegría se apoderó de mí, pero mi orgullo, tremendamente dañado por aquella estúpida broma, me impidió mostrarlo. Aëstin y Zippo aparecieron en cubierta para ver qué diablos pasaba y a qué venía tanto ruido. Ellos no se asustaron… ¿Por qué yo sí? ¿Es que ellos no creen en los fantasmas?

Bueno, tras media hora conseguimos calmar el ataque de risa que se había apoderado de Escarlata, y después de recoger sus pertenencias del ataúd en el que viajaba (que era el que se utilizó para su funeral), Escarlata nos mandó a todos a la cama. “Ya habrá tiempo mañana para charlas y explicaciones”, dijo. De modo que todos nos fuimos a dormir excepto el pobre Aëstin, al que le tocó pringar y montar guardia.

Ya por la mañana, nos reunimos todos alrededor de la mesa de la cocina para que Escarlata nos contase lo que había pasado. Siguió a Trowzan a caballo a través del bosque mientras lanzaba pequeños conjuros con tal de intentar detenerlo (hacer crecer matorrales al paso del caballo, árboles…), pero fue inútil y al final llegaron a la playa donde Trowzan pretendía tomar un barco y escapar, pero Escarlata fue más rápida que él y antes de que pudiese alcanzar el navío ella ya había segado las cuerdas con un hechizo, de modo que el barco se alejó lo suficiente como para no poder subir a bordo.
― Muy bien, pequeña bruja. ¿Me querías? ¡Pues aquí me tienes! -. Dijo Trowzan enfurecido mientras se dirigía lentamente hacia Escarlata.

Escarlata no lo pensó dos veces y a la vez que conjuraba una pequeña enredadera que atrapó a Trowzan por sorpresa desenvainó una pequeña daga que había podido conseguir en la trifulca y se lanzó directa hacia aquel hombre que tanto daño había causado a aquella isla. Con un grito de triunfo sintió como su afilada arma se hundía en el pecho de su oponente mientras una calidez líquida recorría sus manos. “¡Ya está! ¡Por fin ha acabado todo!”, pensó Escarlata mientras el cuerpo inerte de Trowzan caía delicadamente al suelo mientras la enredadera volvía a su tamaño original. Había sido muy fácil. Demasiado.

Mientras Escarlata se dirigía de vuelta a su caballo con la respiración y el pulso acelerado lo notó, aunque no pudo creerlo. Se dio la vuelta atónita y vio el cuerpo de Trowzan flotando en el aire mientras su herida se regeneraba a una velocidad de vértigo. Una vez estuvo cerrada del todo, Trowzan aterrizó suavemente en la arena, con una sonrisa en los labios.
― ¡Oh, vamos! ¿Eso es todo lo que tienes? Aunque considerando que no eres más que una pequeña estudiante de nivel dos lo has hecho bastante bien.

¿Cómo era posible? ¿Cómo había conseguido aquel maldito hombrecillo regenerar su cuerpo tan rápidamente? Para ello debería ser…
― …un brujo, así es-, cortó Trowzan adivinando los pensamientos de Escarlata.- Soy un brujo, y resulta que ahora mismo no tengo ni tiempo ni ganas para quedarme aquí y explicártelo, de modo que sólo te puedo decir que des recuerdos a tu madre de mi parte, era una bruja muy simpática, aunque tal vez demasiado confiada.

Acto seguido empezó a formular rápidamente un conjuro que Escarlata reconoció de inmediato, y lo único que pudo hacer fue concentrar toda la energía que pudo en su canalizador e intentar despertar a la tercera esfera para poder convocar el hechizo protector más potente que conocía, que para su desgracia era de nivel tres. Por suerte en el último momento lo consiguió, la esfera despertó, se cargó de energía y realizo su conjuro, aunque un poco tarde, de modo que el ataque de Trowzan apenas fue reducido. El choque de conjuros provocó una fuerte explosión que causó aquel enorme agujero que vimos nosotros, y lanzó a Escarlata por los aires, aterrizando violentamente a decenas de metros de allí entre la espesura del bosque. En un último esfuerzo, Escarlata activó la función de regeneración automática de su canalizador y cayó en un estado de inconsciencia durante varios días.

Cuando despertó tardó un poco en recordar qué había pasado, pero una vez lo hizo y reflexionó sobre lo ocurrido tuvo clara una cosa: Trowzan era el responsable de la misteriosa desaparición de su madre, y de algún modo había conseguido hacer suyo el canalizador de aquella persona que la crió y quiso con todas sus fuerzas. Por lo que nos ha contado Escarlata, su madre, a los pocos días de haber alcanzado el nivel máximo de su canalizador, mientras se encontraba en el bosque realizando unas pequeñas pruebas de conjuros de ataque (sólo aptos para aquellos con el máximo nivel debido a su gran inestabilidad y a la gran cantidad de energía que requieren), sufrió un accidente que se llevó su vida. Al parecer intentó un conjuro ofensivo demasiado poderoso y el canalizador no aguantó tanta presión, explotando en mil pedazos y llevándose en la explosión a la madre de Escarlata. Lo único que encontraron de ella fue su sombrero. Y poco después de aquel incidente Trowzan apareció por primera vez en la isla. Eso es lo que se había creído hasta entonces, pero ahora no cabía duda alguna de que Trowzan había asesinado a su madre y se había apoderado de aquel poderoso canalizador, el único de nivel cinco que existía. Y no solo eso, sino que también había adquirido los conocimientos necesarios para poder formular hechizos con facilidad. Sin duda, había adquirido un gran poder a costa de muchas vidas y mucho sufrimiento ajeno. Y aquello no se lo perdonaría nunca. Fue en ese mismo instante cuando se juró a sí misma que no descansaría hasta haber vengado a su madre y a todos sus compañeros acabando con la vida de aquel miserable hombrecillo.

Se levantó y se dirigió directamente a la escuela de magia, pero cuál fue su sorpresa al encontrarla completamente cerrada con un cartel en la entrada en la que explicaba que las puertas de aquella escuela se cerraban para siempre. Ella necesitaba entrar allí, ya que necesitaba el conocimiento que había en los cientos de libros que había allí dentro para poder progresar como bruja, de modo que ni corta ni perezosa se coló dentro de la escuela, arrasó con todos los libros que encontró y que consideró que necesitaría y se teletransportó a su habitación, donde había dibujado uno de sus círculos mágicos. Allí en su casa descubrió por casualidad un periódico al que estaba suscrita de hacía unos días, y leyó atónita todo lo referente con su propia muerte y su propio entierro. Apenas podía dar crédito a la noticia, pero tal vez fuese lo mejor, ya que de aquel modo no cargaría a nadie con la inquietud de no saber si Escarlata estaba bien o no, pues estaba claro que perseguiría a Trowzan hasta el mismísimo infierno si hiciese falta.

En la imagen del periódico pudo ver su propio ataúd repleto de muchas de sus pertenencias, entre ellas el sombrero de su querida madre y un par de libros que necesitaría. Por suerte, en uno de aquellos libros tenía dibujado otro de sus misteriosos círculos mágicos, así que cogió todo lo que creyó conveniente y se dispuso a abandonar su pueblo y su tierra durante el tiempo necesario. Tal vez toda la vida.

Una vez se teletransportó al ataúd, que flotaba balanceándose suavemente en el mar, apenas tuvo que esperar un par de horas hasta que nos cruzamos por casualidad y, bueno, el resto de la historia ya la conocéis. De hecho, lo primero que ha hecho Escarlata esta mañana nada más verme ha sido imitar mi cara de susto cuando se abalanzó sobre mí. Espero que se le olvide pronto…

La verdad, estoy muy sorprendido de la gran fuerza que tiene esta mujer. Ha pasado por situaciones terribles, ha cargado con la responsabilidad de salvar a cientos de personas, se ha sacrificado para conseguir la libertad, ha perdido a su familia y a muchos amigos, por no hablar de la escuela, y además ha abandonado su tierra para poder vengar tanto sufrimiento y en cambio en todo el día no ha habido un momento en que no la haya visto sonriente, gastando bromas, alegre y animada. Tanto me he estado fijando que al final me ha dicho que si es que le iba a pedir una cita. Por supuesto no la miraba por eso y ella lo sabía, de modo que me ha dicho:
― No te preocupes, Eglomer, estoy bien. ¿De qué sirve llorar o ponerme triste? Llorar no va a arreglar nada, de modo que es mejor emplear ese tiempo en hacer algo productivo, y eso es lo que estoy haciendo. Estoy viajando por el mundo con la esperanza de encontrarme con Trowzan algún día y hacerle pagar por todas las lágrimas que mi pueblo ha derramado y por todo el sufrimiento que ha provocado. Y te aseguró que lo haré.

Sinceramente, me da un poco de miedo. No ya porque sea una bruja o deje de serlo (la verdad es que he conseguido vencer mis miedos respecto a ese tema), sino por la fuerza y la determinación que he visto en su mirada. Espero que nunca se llegue a enfadar conmigo así, porque entonces no habrá ni un solo lugar en el mundo donde pueda esconderme.

Al rato de eso he estado comentándoselo a Zippo, y él simplemente me ha dicho que “la procesión va por dentro”. La verdad es que esa pequeña bola peluda es más sabia de lo que parece, y también más valiente. ¿Os acordáis que en medio de la batalla Ybuflow llegó a mis manos? A ver si adivináis quién la llevó hasta allí.

El resto del día ha sido bastante tranquilo si obviamos el hecho de que Escarlata es muy escandalosa. Seguimos dirigiéndonos al norte en busca de nuevas aventuras.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Q cabronceta la tía, eso sí, las debe haber pasao canutas. Espero que conquiste su propósito.
QUE LA FUERZA OS ACOMPAÑE!!!!;)

Malfuin dijo...

Hola! ^^ Es la primera vez que paso por aquí, llegué por recomendación de Nemârie, y me he leido la historia de un tiron xD

Está muy interesante, ¡sigue así! Bueno, hasta la proxima ^^

Saludos

Eglomer dijo...

Bienvenido Malfuin! Dios, de un tirón!? Pues si que te debe haber gustado, si... jeje. Me alegro mucho de que te haya gustado y a ver si tengo un rato y me paso por tu blog a leer tus historias. Por cierto, espero q no uses tu death note conmigo ^^ Un saludo!

Kudasaru, con tanto que la fuerza os acompañe parece que esto sea una secuela de star wars!! jaja. Muchísimas gracias por tu apoyo y por estar siempre pendiente de esta historia. Un besazo!

Nemârie dijo...

Hola!!!!!

Sí. Lo se. Cierto señorito se la ha leído más rápido que yo habiendo empezado después... pero... lo que cuenta es que he acabado!! ^^ Y espero actualización! ^^.

Muy intrigante, a ver ahora que pasa :D:D. Por cierto... sabía que la bruja estaba viva!!!! Lo sabía!!!! Y sabía que no debían tirar sus cosas. Suerte que es chica lista y las sabe recuperar ^^.

Besukis!!^^

Anónimo dijo...

Sabes que no es una secuela de star wars, es la viva historia de la gran "Kaizoku Star" :P
BESAZO XA TI TB^^

Eglomer dijo...

Nemârie... muy lista eres tu q lo sabes todo eh?? :-P vy a tener q acabar con ese superpoder q si no aun acabarás escribiendo la historia por mi... jajajaja.

Respecto a lo de la actualización, la verdad esq ahora mismo estoy falto de motivación para ponerme a escribir ya que estoy inmerso en cierto juego de cartas. Sólo tengo escrito un día más, aunque aun tengo tiempo para ponerme a escribir un poco más. Espero poder llevar el diario acorde con el día real, aunque de que empiece el curso dudo que pueda hacerlo.

Kudasaru, no digas esas cosas muy alto a ver si va a venir George Lucas y me va a demandar por plagio! jajajaja

Anónimo dijo...

Sabes Eglomer? aún con retraso sigo creyendo que la historia será genial^^, y aún no lleva retraso, así que ya sabes: Ganbatte!!!
AH!, y no te preocupes por George Lucas, lo tengo sobornado:P

Anónimo dijo...

JOAN
Sabia que volveria esque lo savia.
Escarlata es invencible.
E el capitulo muy chulo pero a TROWZAN lo tienes que matar lo odio es un idiota .........
las otras cosas no las digo por que si las be Nema me mata pero piensa con los puntos,jeje
De tu nuevo y pequeño amigo.