38 de Aile, año 198

¡Vivo! ¡Estoy vivo! ¡Y no estoy solo! ¡Y tengo comida! ¡COMIDA! Jajajaja… ¡¡¡Comida!!! Ejem… bueno, dejadme que explique qué es lo que ha pasado y dónde estoy.

Después de nosecuantos días cavando y cavando en dirección a la montaña, sin comida, ni agua, ni luz, creí que iba a morir, y cuando ya estaba escribiendo mis últimas palabras y decidiendo cual sería mi epitafio, recuerdo notar un súbito temblor y que el suelo se hundió.

Después de eso, me desperté en una oscura y fría habitación con un buen dolor de cabeza. Medio mareado y desorientado comencé a andar sin saber a dónde iba y entonces lo olí, un suave y aromático sabor a pescado que me hizo perder la razón. Corrí a tientas hasta llegar a una estancia con un extraño color azul turquesa y allí encontré el delicioso manjar que me salvó la vida.

Una vez con el estómago lleno recuperé la razón, y recordé que había un guardián muy peligroso en aquella isla. “¡Mierda! ¡Me he comido su comida!”, pensé. Así que entre sudores fríos y tembleques de piernas busqué más peces hasta que encontré una despensa llena de ellos., y cociné un suculento plato idéntico al que me había comido. Volví a llenar el vaso de agua y a dejarlo todo tal cual estaba, y después de coger cuantos peces y agua pude para mí, volví a la habitación por la cual caí a coger mis pertenencias y escapar de allí. Aún no se como, conseguí salir a la superficie a través de aquella laberíntica casa llena de habitaciones por doquier, cada cual con más puertas que la anterior.

Por lo que pude ver, aquella casa está situada en la base de la montaña, dentro de una cueva natural que se extendía kilómetros y kilómetros bajo tierra (o eso me pareció a mí). Pero tampoco me fijé mucho más, pues lo primordial era escapar de allí lo antes posible. De modo que corrí y corrí todo lo que pude hacia la cima de la montaña hasta quedar exhausto al caer la tarde.

Por supuesto, no llegué a la cima, porque aunque no lo parezca a simple vista, se trata de una montaña muy alta. Lo que sí conseguí encontrar fue una pequeña caverna en la cual cocinar rápidamente unos cuantos peces (tampoco es cuestión de alertar al guardián con una humareda) y resguardarme del frío de la noche. Después de cocinar para varios días y apagar el fuego con arena me quedé completamente dormido.

Me desperté ya entrada la tarde del día de hoy completamente descansado. Tras desperezarme un poco me dispuse a comer algo, y vi que alguien ya se estaba llenando el estómago a costa de mi comida. Bueno, realmente lo que vi es una pequeña bola peluda verde del tamaño de un puño que se movía ligeramente sobre uno de los peces que cociné ayer. Fue al acercarme más cuando vi que era un animal que estaba comiéndose mi comida.

El pobre bicho se asustó mucho cuando me vio. Salió botando (pues al no tener piernas ni pies no corre) haciendo un extraño ruido, y de lo asustado que estaba no se dio cuenta de hacia donde se dirigía y acabó estampándose contra la pared. Un poco aturdido se incorporó y que quedó mirándome aterrado mientras yo me acercaba lentamente a él. Siempre me han gustado los animales, y nunca había visto uno como él, así que me acerqué lentamente, intentando no asustarle, y le extendí el resto del pez que se había estado comiendo. Aunque indeciso y temeroso, se fue acercando al pez y ahora mismo está terminándoselo. ¡Es increíble que se haya podido comer todo un pez que es dos veces más grande que él! Se ve que no soy el único que pasa hambre en esta isla.

Bueno, bicho a parte, hoy me estoy tomando el día de descanso, por todos los días de sufrimiento que he pasado. Seguro que mi cuerpo lo agradece. Y a partir de ahora sólo me moveré de noche por la montaña, para evitar ser visto. Cocinaré lo menos que pueda, y tendré que racionarme la comida para no acabar como la última vez, que para dos frutas que tenía, me las comí de un tirón. Y lo mismo con el agua. A partir de ahora, ¡la cima es mi destino!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué suerte tienes jeje. Primero encuentras comida, luego consigues escapar y ahora parece que vas a tener un nuevo "amiguito".
¿No te atreverás a volver a entrar en ese extraño lugar? Algo me dice que tarde o temprano volverás...

Anónimo dijo...

Aleluya!
has comido!!!
q tal sienta un descansito?
es mu majo el bixo ese? me stan entrando ganas d estrujarlo cono a una bolita de espuma:P
q way!
me alegro un montonazo!
MUCHA SUERTE DURANTE TU DESCANSO!

Anónimo dijo...

JOAN
Menos mal que Eglomer ha comido, ja era hora y espero saber mas cossas de el bixo me gustaria tenerlo de mascota .
Este capitulo me gusto mucho porque Eglomer puede descansar y comer un poco.
Saludos!!!!
De tu nuevo y pequeño amigo.