28 de Aile, año 198

¡Maldita sea! Ayer por la mañana el día amaneció radiante y soleado, con una agradable brisa procedente del sur ideal para mi viaje, pero a medio día mientras me preparaba algo para comer, en apenas unos minutos me vi envuelto en una gran tormenta con rayos, truenos, viento, olas de tres metros, lluvia... ¡Cómo si no tuviese yo bastante con el agujero del bote! Así claro, después de unas cuantas sacudidas, el bote se fue a pique y yo quedé a la deriva, aferrado a un barril de agua. Después de varias horas angustiosas, mis fuerzas me abandonaron y la oscuridad cayó sobre mí. ¡Pensé que no lo contaba!

Cuando me desperté esta mañana me encontré tirado en la playa de una pequeña isla en la cual solo puedo ver una gran montaña en el centro de la misma, rodeada de un espeso bosque. Lo más curioso de la isla es que no paro de oír un incesante sonido como de olas rompiendo en un acantilado aun cuando el mar está en completa calma.

Bueno, por el momento lo que más debe preocuparme es la supervivencia. Lo primordial es encontrar comida, bebida y alojamiento, que lo único que ha quedado de todas mis pertenencias ha sido este diario de navegación, tres barriles de agua y un par de frutas que ya me he comido. Después, ya veremos.

* * *

¡Rayos! ¡Esta isla es muy rara! Después de escribir esta mañana me fui derecho hacia el bosque en busca de algo de comida y eso. Al principio me pareció un bosque muy tranquilo y apacible, pero luego empezó a soplar una ligera brisa que fue incrementándose a medida que andaba hasta convertirse en un fuerte viento que aullaba por todo el bosque y me empujaba hacia el exterior del mismo. Una vez me alejaba lo suficiente dejaba de soplar. Lo intenté varias veces y por diferentes lugares, pero siempre pasaba lo mismo.

En el último intento, caí en un lugar oscuro del bosque y ¡me vi rodeado de huesos y esqueletos humanos! Me asusté tanto que no me di cuenta de que se me había enganchado la bolsa de un difunto en el brazo hasta que estuve de vuelta en la playa.

Una vez más tranquilo, inspeccioné la mochila y encontré un diario de navegación y una extraña brújula que aun no entiendo, pues no tiene sólo una aguja como las de siempre, está tiene cuatro (una verde, otra azul, otra roja y otra marrón), y cada una apunta a una dirección diferente. Me pregunto cómo funcionará…

Bueno, el caso es que me he pasado el resto del día leyendo aquel diario de navegación hasta que se ha hecho de noche. Al parecer, se trataba de una tripulación pirata de un tal Capitán Balrogh que vino en busca de un valioso tesoro a esta isla. No especifica qué es el tesoro, pero sí he podido leer algunas partes ciertamente inquietantes. Escribiré unos fragmentos:

“Después de tanto tiempo, por fin hemos podido llegar a Wind Island, la Isla del Viento. Es un lugar sorprendente…”.

“Esta mañana se adentraron tres patrullas con mis mejores hombres en el bosque en busca de algún rastro del tesoro, pero volvieron sin nada, magullados y asustados. Dicen que cada vez que intentaban acceder a la montaña central, un fuerte viento los alejaba de ella. Mañana iré para ver qué sucede”.

“Una vez más, la expedición que fue en busca de comida ha vuelto con las manos vacías. También han trazado el perímetro en el cual se puede andar sin tener que preocuparse por el viento de la montaña. Siempre y cuando nos mantengamos a la suficiente distancia no habrá problemas”.

“¡Esto es desolador! Llevamos ya un mes aquí, hemos intentado acceder a la montaña de mil formas diferentes sin conseguirlo y se nos están acabando las provisiones. ¡Incluso lanzando a mis hombres en catapulta eran rechazados! Y lo peor de todo es que últimamente se oyen unos ruidos muy raros por la noche. Tal vez el guardián esté despertando. Por nuestro bien espero que no sea así o nos veremos en problemas, pues nuestro barco quedó hecho astillas por la travesía hasta la isla”.

La verdad es que esto me da un poco de miedo. ¿Y si fue ese guardián quien acabó con todos ellos? ¿Y si viene a por mí? ¿Qué es lo que protege? ¿Y qué diablos es esa luz verde que se ve en la cima de la montaña? ¿Será el tesoro? ¿Cómo voy a salir de aquí?

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya! intrigante historia la tuya Eglomer. Gracias Dios estás sano y salvo en tierra, si no dudaría de si habrías podido salir de allí. Estoy deseando conocer todos los secretos de esa isla. y lo se, lo se, debo esperar a la sigiente entrega;), x fascículos, jejejejej.
Un beso!

Nemârie dijo...

Vaya... pobrecito... espero que no se muera de hambre...

Bueno. bonita historia ^^. Espero leer continuación ^^

Àngela.

Eglomer dijo...

Sí, Kudasaru, x suerte o x desgracia para los lectores, tenéis que ir leyendo por fascículos... jiji

Gracias Àngela. Y no te preocupes que no se muere de hambre... al menos por ahora (muajajajajajajajaja).

La continuación mañana a estas horas ;-)

Nemârie dijo...

jajaja. Te tomo la palabra^^. Y espero acordarme mañana... si no... confío fielmente en esa alarma que he puesto y que suena siempre que la historia se actualiza... :P

Besos!^^

Anónimo dijo...

La verdad, aunque sencilla, el relato de nuestro particular pirata es muy inquietante y adictivo *_*!!

Tengo ganas de saber como continua, sobretodo de saber como podra acceder a la base de la montaña sin que el viento constante lo lance a mil metros...

Date prisa en continuarla primo!! =D

..Lau.. dijo...

Oh, si eso verde es el tesoro, es que el oro no era del bueno... :s

Anónimo dijo...

Soy Joan .
Vaya vaya que historia tan intrignte y tan emocionante me gusta muchisiiiisimo pero sigo diciendo que Eglomer me da pena y sobretodo ahora que no tiene comida.
Saludos!!!!!!
P.D. Voy a por el otro capitulo.
De tu nuevo y pequeño amigo