24 de Umie, año 198

Mañana tendrá lugar la última prueba de Aëstin y no sé cómo puede estar tan tranquilo después de escuchar todo lo que se rumorea por el pueblo sobre la bestia a la que va a tener que enfrentarse. Según cuentan, se trata de un ser enorme con grandes fauces capaz de hacerte volar sólo con su fétido aliento. Su peluda piel, más dura que las piedras, es capaz de soportar la embestida de cualquier arma sin apenas inmutarse; sus ojos, rojos como el fuego, son capaces de paralizarte con tan sólo una mirada; y su fuerza sobrehumana es capaz de despiezarte en un momento sin esfuerzo. La verdad es que no sé de qué me sorprendo… escuchando esa descripción mi mente retrocedió hasta el momento en que me enfrenté a Aëstin en su forma draconiana, y os aseguro que no tiene nada que envidiarle a dicha bestia.

Desde que hicimos el sorteo, Escarlata y yo hemos estado practicando juntos nuestro manejo con las armas, y también hemos estado practicando diferentes estrategias de lucha en el agua. Además, contra todo pronóstico, la guadaña ha resultado ser un arma ideal para luchar en el agua, siempre y cuando se le apliquen los diferentes hechizos que Escarlata le ha echado. Su largo mango hace posible aplicar una gran cantidad de fuerza al arma fácilmente, y esto, combinado con la finísima y afilada hoja con la que cuenta, hace que se deslice rápida y fluidamente por el agua. Sin duda, es innegable que Escarlata es bastante inteligente, aunque lo disimula muy bien detrás de tanto griterío y alboroto (espero que nunca llegue a leer esto o mi vida habrá acabado…).

Yo, por mi parte, además de ayudar a Escarlata con su entrenamiento acuático he pasado largos ratos a lo largo del día observando los diferentes tipos de aves que me he ido encontrando en los alrededores del pueblo. Creo que si soy capaz de entender su comportamiento lograré una ventaja significativa en el combate, pero hasta ahora no he conseguido sacar nada en claro. Deberé tener más paciencia y fijarme más.

De momento lo que voy a hacer es ir a llevarle a Aëstin algo de comida, porque el semidragón se ha pasado estos días sentado bajo una cascada con los ojos cerrados prácticamente todo el tiempo. Cuando le pregunté que qué era lo que hacía me dijo que se llamaba “meditar”, y después me soltó nosequé historias sobre el karma y la fuerza mental. La verdad es que no me enteré muy bien, pero él en cambio parecía saber muy bien lo que hacía, así que supongo que no hay motivos para preocuparse. El mañana lo dirá.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya....
MUCHA SUERTE EN EL MAÑANA AESTIN!
ánimo con esas investigaciones Eglomer,y mis reverencias x ser tan gentil d ceder tu ayuda a los d+ cuando deberias ocuparte de salvar tu pellejo^^
GANBATTE!!!

Nemârie dijo...

Bah, Aestin es el mejor! Estoy segura de que va a pasar la prueba sin problemas!!!!!! ^^ ;)