El Misterio del Tesoro Submarino (7)

CAPÍTULO 7
SIGUEN LOS PELIGROS

Tumbamos a Estela en el suelo y le vendamos la herida con una camiseta. Mientras esperábamos a que despertara nos dio tiempo a descansar un poco y a comentar lo sucedido. Llegamos a la conclusión de que nos habíamos enfrentado contra los guardianes del tesoro.

Cuando Estela despertó nos pusimos en marcha. Pero como ella no podía andar muy bien Rubén le hizo de muleta. Andábamos por un oscuro túnel con linternas en una mano y los arpones en la otra. Como era incómodo el andar con el traje de buzo nos los quitamos y los dejamos en un lado del túnel.

En las paredes se veían unos extraños agujeros. Pero como estaban por todo el túnel no le di importancia. De repente la pierna de Alex se hundió en el suelo y se empezaron a oír unos ruidos por el principio del túnel. Cada vez se oían más fuertes. Alumbramos con las linternas y vimos que de los agujeros de la pared salían flechas.

Corrimos todo lo que pudimos. Las flechas iban muy deprisa y nosotros muy lentos. Vimos a lo lejos la salida del túnel y hicimos un gran esfuerzo para llegar. Nos salvamos de milagro.

Nos encontramos frente a tres grandes túneles. En uno de ellos había un cartel que ponía:

Entre Rubén y Estela consiguieron descubrir lo que ponía ya que eran los más estudiosos del grupo y siempre estaban leyendo libros. Aquel cartel decía:


Eso no nos aclaraba por qué túnel nos debíamos meter. Por tanto decidimos votar. Por mayoría absoluta decidimos meternos por este túnel. Esta vez fuimos más atentos. No queríamos otra trampa como la de las flechas.

Pero no fue posible. Fui yo esta vez quien metió la pata en la trampa. Pero esta vez no eran flechas. Esta vez era una piedra gigante la que rodaba detrás de nosotros. Miriam, Alex y yo no tuvimos problemas para correr pero como Estela estaba herida y Rubén no quería dejarla tenían más dificultad.

La piedra cada vez estaba más cerca. Pensé que de esa no saldría con vida. Pese a correr todo lo que podía la piedra iba mucho más rápida. Llegamos al final del túnel y la piedra bloqueó la salida. Pero Rubén y Estela no estaban con nosotros.

Miriam se puso a llorar desconsoladamente. Intenté consolarla con una de mis poesías pero no funcionó. La verdad es que yo también tenía muchas ganas de llorar. Vi a Alex también llorando. Ya no podía aguantar más y yo también lloré. Seguramente ahora estarían aplastados en el suelo.

Me giré y vi una habitación oscura. Del techo salía un único rayo de luz que alumbraba a un cofre. Lloriqueando dije:

- Chicos mirad. Lo hemos encontrado.

Pero ya les daba igual encontrar el tesoro. Me acerqué cautelosamente al cofre y lo abrí. Había un manuscrito en el cual ponía:

Felicidades a los aventureros que hayan llegado hasta tan lejos. Os felicito. Gracias a vosotros ya puedo descansar en paz. Mi espíritu ha estado atormentado desde que morí en este sitio a manos de los guardianes pero ahora gracias a vosotros puedo descansar en paz.

Atentamente:
El capitán García.


Me enfadé muchísimo ya que habíamos perdido a dos amigos por un manuscrito. Pero no podía ser aquello el tesoro. No podía ser. Tenía que estar en algún otro lado. Miriam y Alex ya estaban otra vez conmigo. Les comenté lo que pasaba y decidimos buscarlo por toda la habitación.

Fue Alex quien, al tocar una escritura en la pared, abrió una pared oculta con un cofre dentro. Nos reunimos los tres alrededor del cofre y lo abrimos. Estaba lleno de monedas y piezas de oro. Pero por mucho oro que hubiese nada podía reemplazar a nuestros dos amigos.

Al sacar el cofre del espacio donde estaba se activo otra trampa y todo empezó a moverse. Vimos una especie de boya grandísima y decidimos atarla al cofre con la esperanza de que si todo se hundía saldría a flote.

Las paredes empezaron a agrietarse y el techo a despedazarse. En unos minutos se inundó toda la sala. Cogimos una gran bocanada de aire cuando todo se inundó y comenzamos a nadar intentando llegar a la superficie. Nadé todo lo que pude, pero me quedaba sin aire. Ya casi estaba arriba. De repente vi todo borroso. Me despedí de la vida y perdí el conocimiento.

5 comentarios:

Eglomer dijo...

Este capítulo va dedicado a cierta hada impaciente que no puede esperar para ver cómo siguen las aventuras de nuestro pirata y su tripulación. :P

Ale Nema, estarás contenta, no? Que he puesto ración doble para adelantar ;-)

Saludos!!

Nemârie dijo...

Pues sí, estoy contenta. Pero ahora quiero que actualices esta historia YA :P

Anónimo dijo...

hala, q trágico se ha vuelto en un momento.
no se puede morir!!!!!!

Espero que un milagrete arregle este asunto en el proximo capitulo.
UN BESOTE!

Nen dijo...

Hola Hola, estoy poniendome al corriente, me encanta tu historia del pirata!!!! me gusta, y este capitulo es my bueno porque te deja queriendo más (aparte de lo trágico de quitarle lo dulce a descubrir el tesoro perdido...)

saluuuudos

Nen

Eglomer dijo...

Gracias Nen! Aunq realmente "el misterio del tesoro submarino" es una historia corta que escribí hace ya unos años y la estoy colgando mientras escribo la continuación de la historia principal del blog, que te recomiendo insistentemente (lee!lee!lee! :P).

Muchas gracias por tu visita y espero volver a verte por aquí.

Nema, por mucho que exijas sabes q tendrás que esperar como todos :P

Kudasaru, tengamos fe en los milagros... jijiji

Besos!!