El Misterio del Tesoro Submarino (3)

CAPÍTULO 3
LA ESCAPADA

A las cinco de la mañana me levanté y fui al cuarto de Alex. Cuando lo vi comprendí porque mi madre no le había descubierto. Ya te lo imaginarás. ¡¡¡¡¡¡ El tío se había quedado dormido!!!!!!. Había intentado hacerse el dormido con tanto ahínco que al final se quedó frito. Lo desperté, nos vestimos, dejamos la nota encima de la mesita de nuestros padres sin hacer ruido y sin hacer ruido salimos de casa.

Había un frío horrendo pese a que estábamos en verano. El gélido viento silbaba entre las ramas de los árboles haciendo que estas se movieran bruscamente proyectando un sin fin de siniestras figuras. Era una verdadera noche tétrica, de esas en las que los vampiros salen de sus escondites para chupar la sangre de alguna solitaria y bella dama. La luna estaba oculta tras un montón de nubes oscuras. Algunas farolas se encendían y se apagaban cuando...

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAGGGGGGGGGGGGHHHHH!!!!!!!!!!-. Bramó una oscura sombra mientras se abalanzaba hacia Alex que, del susto, cayó de espaldas.

- ¡¡¡¡¡ AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!!!!! ¡¡¡¡¡ SOCORRO MARTÍN!!!!!-. Gimió Alex mientras intentaba quitarse a aquel ser de encima.

- Ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja-. Rió aquel extraño.- Soy yo idiotas. Soy Rubén.

- ¿Rubén?-. Pregunté asustado mientras que el corazón me latía a mil por segundo. Creo que fue un milagro que no me diera un ataque de nervios. Y al fijarme en la cara me di cuenta de que sí que era Rubén.- Que susto. Eres un irresponsable. No tenemos que llamar la atención. ¿Quieres que nos descubran o qué?

Rubén no dijo nada porque sabía que yo tenía razón. Lentamente nos fuimos acercando al parque. Llegamos con cinco minutos de retraso pero cuando llegamos nos llevamos una alegría y una decepción al ver que Estela y Miriam no estaban.

- ¿Les habrán pillado?-. Preguntó Alex.

Iba a contestar Rubén cuando a lo lejos se oían unos pasos. Eran “Las Hermosas” (que es como las llaman los vecinos) que venían al galope.

- ¡Rápido! ¡A la estación o perderemos el tren!-. Nos gritó Miriam.

Todos corrimos lo más rápido que pudimos hasta la estación. Compramos cinco billetes de primera clase en no fumadores (capricho de Miriam), subimos al tren cuando estaba a punto de arrancar y nos sentamos en los cómodos asientos del tren que estaba vacío.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajja, yo en esa historia habría sido el que se queda dormido:P
ánimo, a por todas:D
como me gusta viajar en tren:P

QUEREMOS +, QUEREMOS +!!!!!!!!!!

Nemârie dijo...

Dormir... eso quiero hacer yo... -.- xD

La historia genial!!!! tengomucha curiosidad por saber cómo continúa!!!^^