18 de Umie, año 198

¡Menudos días hemos pasado! Pero al final hemos conseguido que Escarlata sea capaz de mantenerse a flote y que sea capaz de nadar tragando un mínimo de agua aceptable, aunque parece una rana mareada. Aún así, y aunque le cueste, yo creo que será capaz de superar la prueba.

Esta mañana volvió Yonhas y su tripulación con provisiones suficientes para unos quince días, y mañana por la mañana celebraremos la segunda prueba. Yo creo que Escarlata está adelgazando de los nervios que tiene encima. ¡Y no solo eso! Tiene unas ojeras que le llegan casi a la nariz, y cada día está más pálida y más débil, pero por mucho que le digamos que se tome un respiro en los entrenamientos de vez en cuando, ella nos manda a “freír espárragos” y se vuelve a tirar al agua. Es sorprendente la tenacidad que posee la bruja.

En cuanto a Zippo, apareció esta tarde en mi habitación tal y como acordamos, pero desgraciadamente no ha descubierto mucho. Sólo ha podido decirme mientras comía que durante el viaje el capitán se dedicó a dormir y vaguear, y que un día embarcaron en una ciudad para conseguir las provisiones pero que, como el barco estaba lleno de gente por todas partes, no pudo salir de su escondite, de modo que no sabe qué pasó en la ciudad. Después de contármelo todo, se metió debajo de la cama y se quedó dormido. Al fin y al cabo, se ha pasado muchos días junto al enemigo con el riesgo de ser descubierto en cualquier momento, sin apenas comida ni agua, y eso agotaría a cualquiera. Sin duda Zippo se ha convertido en un valioso miembro de mi tripulación. Cuando despierte le diré que si no quiere, no tiene por qué seguir espiando a Yonhas; es una situación peligrosa, él está exhausto y considero que ya ha hecho más que suficiente. Ahora debo concentrarme en la prueba de mañana, así que hoy cena ligera y pronto a la cama.